Entrevista al director de la Cátedra del IoT, Antonio Torralba
Entrevistamos al catedrático Antonio Jesús Torralba, miembro del departamento de Ingeniería Electrónica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla y director de la Cátedra del Internet de las Cosas.
- ¿De qué forma contribuyen las cátedras a los alumnos de la universidad?
Las Cátedras representan un instrumento importante de promoción de la colaboración Universidad-Empresa. Desde el punto de vista de los alumnos, una cátedra les permite: 1) un contacto directo con los profesionales que desarrollan su carrera en el ámbito de sus estudios, 2) un aliciente (mediante premios y becas) para mejorar su formación en el ámbito de interés de la empresa; y 3) un acercamiento temprano al mundo laboral
- ¿Qué valor aporta la universidad a la empresa y viceversa?
Aunque a veces pasa desapercibido, una de las misiones de la Universidad es la transferencia del conocimiento. De especial importancia resulta esta misión en comunidades como la nuestra, que tienen un déficit en empresas de alto valor añadido como Woodswallow. Por tanto, la cátedra en un precioso instrumento para favorecer esta misión.
La Universidad aporta el conocimiento que desarrolla a través del estudio y la investigación, a la vez que aplica este conocimiento en problemas que son de interés para nuestro entorno. Para la empresa representa la posibilidad de reforzar su I+D+i, entrando en contacto con investigadores de la universidad y con los proyectos de investigación en que éstos participan. La empresa tiene igualmente la oportunidad de contactar con sus futuros profesionales desde el preciso momento de su formación. Finalmente, la Cátedra es un vehículo para la difusión y la diseminación de resultados.
- ¿A quién va dirigida la Cátedra del Internet de las Cosas?
La Cátedra va dirigida a la Sociedad en su conjunto. No se limita a los alumnos e investigadores, sino que, entre sus objetivos, está el de transmitir el concepto, las necesidades y la potencialidad de una tecnología que está presente en diferentes ámbitos de nuestra vida, cubriendo no sólo el aspecto profesional, sino también el personal. Nos encontramos en un mundo conectado, y la IoT es la tecnología habilitadora de este nuevo mundo. Los ciudadanos no debemos permanecer ajenos a estas nuevas capacidades, ni a los retos que la nueva tecnología nos plantea. Por ello, insisto, entre los objetivos de la Cátedra se encuentran la divulgación y la concienciación.
- ¿Qué es la gestión inteligente de la energía?
No hace falta más que mirar las noticias de los últimos meses para darnos cuenta que el aspecto energético cobra cada día mayor importancia en nuestras vidas. En un mundo conectado y global, el esquema convencional de productor-consumidor localizado ha dejado paso a un mercado global y distribuido, en donde el consumidor puede ser móvil, a la vez que forma parte del proceso de generación. Este cambio de modelo exige una gestión diferente tanto del sector energético como de los mercados que lo regulan. Para que esta gestión sea eficiente es necesario dotar de inteligencia a los procesos de operación y gestión. Y para aportar inteligencia es necesario tener la información actualizada y en tiempo real. La IoT es la tecnología que lo hace posible.
- ¿Por qué es relevante para la Universidad de Sevilla y para WoodSwallow invertir en IoT y en gestión inteligente de la energía?
La Universidad no puede permanecer ajena a los cambios tecnológicos y sociales. En la parte que nos ocupa (una Escuela de Ingenieros), la investigación y la enseñanza deben (con la dosis necesaria de prudencia, para evitar modas pasajeras) adaptarse de manera rápida a estos cambios. La Cátedra permite ser un observatorio privilegiado de estos cambios, al permitir analizar el problema con la visión conjunta y complementaria de la universidad y de la empresa. Para nuestro departamento (Ingeniería Electrónica), la IoT y la gestión inteligente de la energía son dos tópicos principales de investigación. Desde el punto de vista de Woodswallow, creo que sería más relevante conocer el punto de vista de los gestores de la empresa, pero me atrevería a decir que ambos campos representan hoy día una excelente oportunidad de negocio con alto valor añadido.
- ¿Qué papel juegan estas disciplinas en Andalucía?
Nuestra región no es diferente al resto de comunidades del primer mundo en el interés por estas disciplinas. Andalucía cuenta con empresas innovadoras y con alto valor tecnológico como Woodswallow (aunque no muchas), y con ingenieros y técnicos que han recibido una formación comparable a la que podemos encontrar en las zonas más avanzadas. Tenemos laboratorios con equipamiento del más alto nivel, participamos en proyectos de I+D de relevancia internacional. Contamos, por tanto, con todos los mimbres para hacer de Andalucía una comunidad de primera fila, tanto en la IoT como en la gestión inteligente de la energía.
Es más, ambas disciplinas son asequibles, en el sentido en que no requieren de inversiones tan elevadas como otros sectores (digamos, por ejemplo, la fabricación de semiconductores o la nanotecnología). Para alcanzar ese primer nivel tan sólo hace falta: 1) que sigamos apostando por la I+D+i, 2) que creamos en nuestras capacidades, 3) que fomentemos la iniciativa pública y privada, y 4) que nos dotemos de los instrumentos financieros y empresariales necesarios para que nuestras empresas puedan desarrollarse y consolidarse en campos tan competitivos.
- ¿Por qué deberían ser áreas de interés para los estudiantes de ingeniería?
Creo que el resto de las respuestas ya ha abordado de una u otra manera este aspecto. La IoT y la gestión inteligente de la energía han venido para quedarse, desarrollarse y evolucionar. Son, por tanto, apuestas a medio y largo plazo. Son, además, disciplinas de alto valor añadido, con buena disponibilidad de empleo y elevados sueldos. Para los que nos gustan los retos de la I+D, representan finalmente un excelente campo para la investigación e innovación.
- ¿Qué conocimientos o habilidades crees que son más valoradas actualmente por las empresas de base tecnológica?
La capacidad de crecer y adaptarse es vital en un mundo tan dinámico y competitivo. El reto de la formación no está en que los egresados “sepan” mucho, sino en que tengan los fundamentos necesarios para analizar los problemas, para continuar formándose y para crear sobre lo ya existente. Ésa es la principal habilidad que quiero destacar. No obstante, no debemos olvidar algunos aspectos que se dan por consolidados y que, desgraciadamente aún no acabamos de dominar. El idioma (los idiomas) siguen siendo, aunque no lo parezca, una barrera para el crecimiento profesional. Saber inglés no es una opción en nuestro campo, se da por supuesto; el no ser capaz de desenvolverse con soltura en inglés tiene, para nosotros, un cierto paralelismo con el analfabetismo. Sé que esto es un cambio cultural, pero nuestra sociedad debe resolverlo si queremos avanzar al ritmo de nuestros competidores. Es más, dominar un segundo idioma extranjero puede marcar la diferencia que nos permita alcanzar una carrera profesional de éxito.
- ¿Qué significa para ti ser director de la Cátedra del Internet de las Cosas?
Tengo que distinguir aquí entre el significado profesional y el personal. En el primero, representa una oportunidad de desarrollar en mayor profundidad una carrera que siempre ha buscado una investigación de calidad y una transferencia hacia el mundo de mi entorno. Woodswallow ha confiado en mi para esta tarea y estoy seguro de no defraudarlos. En el ámbito personal, la mayor parte de los ingenieros de su plantilla actual han sido formados en esta escuela; con algunos de ellos he tenido una relación profesional (en algunos casos personal) intensa. Comprobar el crecimiento personal y profesional que han tenido a partir de un trabajo conjunto, y ser protagonista de este momento, en que dirigen de nuevo se mirada a nuestro grupo de investigación para seguir creciendo, es para mí un motivo de orgullo y un fuerte estímulo.